Aikido Shiai


INSPIRACION

"Vencer quiere decir derrotar el espíritu de desacuerdo en uno mismo. Aquel que es dueño de sí mismo y se trasciende a sí mismo, por una victoria justa está seguro de vencer."

Fundador del Aikido, O´Sensei Ueshiba Morihei (1883-1969)



A lo largo de nuestra vida nuestra práctica de aikido cambia, pasando por diversas fases acorde a nuestros estados personales y circunstancias. Un día, casi sin saber cómo, nos damos cuenta de que hemos adquirido un compromiso con el Arte de la Paz comparable a otros compromisos tales como el matrimonio o la llegada de un hijo, solo que este nos acompaña encada momento e instante de nuestra vida hasta cruzar la frontera de este mundo y el devenir del estado posterior a la vida tal como la conocemos...

El aikido es un arte marcial, un budo, una forma de vida, y la vida no da descansos ni tiempos muertos. Aquel que siente en su interior el aikido no es solo porque le gusta, no es solo porque lo viva, es porque su vida entera se vuelve aikido con todas sus consecuencias y satisfacciones. Este es nuestro compromiso con el aikido.

En nuestro camino, en nuestra búsqueda de la esencia del aikido, así como de la iluminación personal, seguimos con devoción a gurús o guías durante un tiempo, luego a otros... anhelamos que alguno de ellos deposite en nuestro corazón la luz que nos complete sin advertir que la dirección que lleva a ésa luz se halla en el arte que practicamos y lo más importante, apunta hacia nosotros, somos ésa luz que ilumina el arte.

O´sensei lo sabia y dejó este noble arte abierto a cada uno de nosotros para que creciéramos juntos aikido y aikidokas evolucionando en armonía.

Es muy fácil seguir modelos establecidos para alcanzar un objetivo y sólo es cuestión de tiempo que lo alcancemos, o nos convirtamos en una buena imitación al menos...

Ueshiba Morihei buscó al igual que todos nosotros esos modelos en los que reflejarse, se nutrió de lo mejor que cada uno de ellos supo darle y eso lo hizo crecer, lo hizo un artista marcial grande y un gran hombre. Pero todo eso fue insuficiente, O´sensei sentía crecer en su interior algo mucho más grande que no tardaría en aflorar. Encontró en su corazón la inspiración que le hizo creer en sí mismo y transcender al infinito...

La inspiración es una musa que nos visita esporádicamente y sin previo aviso, no quiero arriesgarme a que me sorprenda ocioso o dormido... por eso lucharé sin descanso para que el día que me haga el honor me descubra trabajando, obteniendo de ella el mayor provecho.

Hoy siento que una pequeña luz crece en mi interior... seguro que también os ocurre a vosotros.

Daniel Díaz





FUNDAMENTOS

"El Aikido habrá alcanzado su objetivo supremo cuando cada ser, tras haber seguido su propio camino, sea uno con el Universo."

Fundador del Aikido, O´Sensei Ueshiba Morihei (1883-1969)

Aikido Shiai...

No es un estilo de aikido ya que aikido engloba todos los estilos.
No es un dojo ya que todo lo que hay entre el cielo y la tierra es nuestro dojo.
No es un grupo de gente ya que todos somos una gran familia...
es símplemente AIKIDO.

Hay un momento en nuestra vida en que se hace necesario y casi obligatorio aprender a decir No. Es ése momento en que se inicia o continúa nuestro camino pero únicamente bajo nuestro propio control, criterio y responsabilidad...

Podría considerarse una fase de la vida de negación, y quizás lo sea... aunque bajo mi interpretación, ese No lo único que hace es liberarnos de yugo que supone estar sometidos bajo la influencia de otros.

Es por eso que la primera definición que ofrezco de Aikido Shiai no consiste en lo que es, sino en lo que no es. ¿Qué es entonces Aikido Shiai? ¿Cuál es su fundamento?

Aikido Shiai es y se fundamenta en la LIBERTAD...
LIBERTAD para crecer libres, a nuestra manera.
LIBERTAD para amar y sentir con el corazón.
LIBERTAD para equivocarnos, aprender y seguir adelante.

Así es nuestro Aikido, así es la Vida.

En Aikido Shiai nos basamos en los conceptos y principios que nos ofrece el aikido, nuestra Fe. Entrenamos por la vida, para ése último momento que puede sorprendernos en cualquier instante, para ése fatídico y liberador encuentro con la muerte, para abrazarla, para unirnos con ella en cualquier momento, como sólo sabemos hacer nosotros, los aikidokas... ya que no se puede vivir con miedo.

Daniel Díaz